AUTISMO
El término autismo proviene del griego autos que significa yo e ismos que significa condición. Hace algunos años el interés se centraba principalmente en el autismo típico tal como lo describió Leo Kanner, psiquiatra de Viena, Austria que en mi 1943, sostenía con fuerza su teoría de que el autismo era debido a una forma de ser de padres, fríos, mecánico y rígidos. Ahora se sabe que no es así y que el espectro autista comprende trastornos debidos a disfunciones físicas del cerebro.
¿Qué es el autismo?
Es un trastorno que tiene como común denominador alteraciones neuropsicológicas graves y variadas, cuyas manifestaciones afectan a varios componentes importantes del desarrollo como lo son:
- Déficit social y de comunicación.
- Intereses fijos y comportamientos repetitivos.
De acuerdo con los datos recopilados por el centro de control y prevención de enfermedades (CDC) actualmente la prevalencia, es decir, la proporción de individuos que padecen el trastorno, es de 1 por cada 68 en los Estados Unidos. En México la cifra es de 1 por cada 115 niños quienes estarían en esa condición, quiere decir que el 1% de todos los niños en México tienen autismo.
Se encuentra 3 a 5 veces más frecuente en niños, que en niñas, pero cuando ocurre en niñas suelen estar más afectadas y tener historia familiar con alteraciones cognoscitivas. El autismo afecta cualquier status socioeconómico.
¿Cuáles son los síntomas principales para sospechar del autismo?
A continuación se enumeran los síntomas que frecuentemente están presentes en niños con esta condición:
- No tiene lenguaje y si lo tiene presenta alteraciones.
- Ríe sin motivo.
- Llanto, pataletas y tristeza sin causa aparente.
- Parece no escuchar cuando se le habla, como si estuviera sordo.
- No hace contacto visual.
- Indica necesidades llevando la mano de otros.
- Tiene dificultad para relacionarse con otras personas.
- Aparente insensibilidad al dolor.
- No siente temor ante peligros reales.
- Conductas motoras repetitivas.
- Es muy hiperactivo o demasiado pasivo.
- Apego inusual a los objetos, como por ejemplo una cobija, un juguete, etcétera.
- Resistencia a los cambios.
- Falta de juego imaginativo.
¿Cuál es la causa del espectro autista?
Esta es la gran pregunta y lamentablemente tiene muchas respuestas y ninguna. A lo largo del tiempo que se conoce este trastorno, se han encontrado innumerables teorías asociadas sobre el origen del autismo, desde culpar a las vacunas, conectarlo con problemas de alimentación (gluten y caseína), intoxicación por metales pesados, complicaciones perinatales, trastornos psiquiátricos de la madre en la gestación, causas genéticas, ambientales y una larga lista de posibles culpables, pero la verdad es que a ciencia cierta se desconoce su causa.
Lo quien bien es cierto es que el trastorno del espectro autista tiene causa multifactorial, o al menos eso es lo que se cree, existen muchos factores que pueden predisponer a que el niño tenga autismo desde cuestiones medioambientales, que es lo que ha adquirido mayor fuerza en las investigaciones y un porcentaje al factor de origen genético.
Existen patologías de origen genético asociadas al autismo como síndrome de Down, síndrome del X frágil, esclerosis tuberosa, entre otras.
¿Cómo se hace el diagnóstico del trastorno del espectro autista?
La sospecha diagnóstica es principalmente observacional, además de los datos aportados por los padres, los médicos utilizan los criterios diagnósticos de acuerdo al manual de diagnóstico y estadística de los trastornos mentales (DSM 5), su última edición de mayo del 2013. También se han realizado avances en el diseño de instrumentos como cuestionarios o escalas, para tener parámetros más objetivos como por ejemplo la escala observacional para el diagnóstico de autismo, por sus siglas en ingles ADOS (Autism Diagnosis Observational Schedule).
Además se puede utilizar otras herramientas diagnósticas para descartar otros padecimientos que se pueden confundir con autismo.
¿Con que otros padecimientos se puede confundir el trastorno del espectro autista?
La discapacidad intelectual antes llamada retraso mental, con síntomas conductuales, una de las diferencias con el autismo es que los niños con estas características relatan sus cosas a los adultos y a otros niños según su edad mental, utilizan el lenguaje que tienen para comunicarse con los demás y tienen un perfil relativamente más uniforme de alteraciones, sin presentar funciones fragmentadas.
En el caso del trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo, los menores pueden presentar características autísticas, pero no es raro la comunicación por gestos, puede haber sordera asociada, hay problemas articulatorios, no hay ecolalia (repetición de última palabra o sílaba que escuchan), frases estereotipadas fuera de contexto. Su nivel de inteligencia se encuentra alterada, pero menos grave y el juego imaginativo está presente.
En la afasia adquirida con convulsiones (Síndrome de Landau Kleffner) Los niños tienen un desarrollo aparentemente normal durante varios años (4-8 años) antes de perder tanto el lenguaje receptivo como expresivo en cuestión de semanas o meses, se asocia a crisis convulsivas y alteraciones generalizadas en el electroencefalograma al inicio, pero no suelen persistir.
En la sordera congénita o trastorno auditivo grave, los niños sordos tienen una historia de balbuceos relativamente normal que va desapareciendo gradualmente hasta quedar detenida entre los 6 meses y 1 año y las pruebas para audición con pérdida significativa de la misma.
En el caso de la deprivación psicosocial, los niños con alteraciones graves del entorno físico y emocional, siempre mejoran si se les coloca en un ambiente favorable y enriquecido, lo cual no ocurre en niños autistas. Se relacionan con sus padres o personas que les muestran cariño y buscan afecto.
¿Cuál es el tratamiento del niñ@ con trastorno del espectro autista?
El crecimiento en la obtención de conocimientos sobre los trastornos autistas no ha conducido a ningún método de tratamiento curativo. Cada niño con autismo es distinto, por lo que no hay un tratamiento de elección, este debe ir con base a los signos y síntomas que presente, por lo que es importante acudir con un neurólogo pediatra para que su tratamiento sea guiado e individualizado de acuerdo a las necesidades específicas.
Las opciones de tratamiento incluyen desde medicamentos, intervenciones psicodinámicas, conductuales, terapias de comunicación (lenguaje), sensoriomotoras., etcétera.